martes, 26 de febrero de 2013

Langostinos con envolturas crujientes


Cuando tengo invitados en casa y me veo algo apurado, suelo usar una frase que viene a decir algo así: 

"En caso de duda, saca los langostinos"

Y eso es lo que vamos a hacer, pero en este caso, el objetivo de esta receta es conseguir una presentación distinguida y particularmente atractiva para esta típica tapa o entrante que nos acompaña en innumerables comidas y celebraciones.

Y no hay que olvidar que en determinados lugares de España, la calidad de los banquetes de boda determina el importe en metálico de los regalos recibidos. Así, en el pueblo de mis padres, Beas de Segura, en Jaén,  el importe del regalo puede llegar a depender en buena medida del número, tipo,  tamaño, calidad y cantidad de gambas y langostinos servidos. Y por extraño que parezca, de esto saben un rato en Beas, pues uno de los mayores cocederos de marisco de España se encuentra sólo a unos kilómetros. 

Y alguno de vosotros os preguntaréis: ¿Qué hace uno de los mayores cocederos de mariscos a cientos de kilómetros de la costa, perdido entre olivares en las inmediaciones de la sierra de Cazorla, Segura y las Villas? Esa es una buena pregunta, pero no tendrá respuesta hoy...

 En esta receta se presentarán cuatro posibles envolturas para los langostinos:
  • Polvo de pan de gamba
  • Fideos de arroz
  • Villeroy de aceitunas negras
  • Pasta de gazpacho manchego

INGREDIENTES:
  • Langostinos crudos
  • huevo (sólo la clara)
  • pan de gamba (crudo)
  • fideos de arroz
  • mantequilla
  • harina
  • aceitunas negras
  • leche
  • pan rallado
  • Pasta de gazpacho

ELABORACIÓN:

1) Pelaremos los langostinos , dejando, únicamente, la cola y los sazonamos, y a continuación los ensartaremos en un pincho de brocheta, introduciéndolo por la parte de la cola, y saliendo por la parte superior. Por supuesto, podemos aprovechar estas pieles y cabezas de los langostinos para elaborar un fumet de pescado y hacernos un buen arroz.

2) Si vamos a preparar la envoltura de fideos de arroz chino, a continuación sólo tenemos que pasar los langostinos, uno a uno, por clara de huevo y a continuación pasarlos por un plato que tenga los fideos de arroz levemente troceados hasta que éste quede cubierto por los fideos, y, a continuación, pasarlos unos segundos por la sartén con aceite de oliva bien caliente.

El efecto será inmediato, pues los fideos comenzarán inmediatamente a crecer en todas direcciones y a entrelazarse, de manera que el langostino quedará inmerso en una maraña de fideos.

Esta operación sólo durará unos breves segundos, y será suficiente para dar al langostino el golpe de calor requerido para no comerlo a "la japonesa".



3) El caso de la envoltura con pan de gambas, operaremos del mismo modo, sólo que emplearemos pan de gambas crudo que previamente habremos machacado, y que, una vez en aceite caliente, crecerá hasta configurar una bonita cobertura.



4) Para el empleo de la pasta de gazpacho manchego, haremos igual que con el pan de gambas y los fideos de arroz, sólo que no crecerá al freírlo  por lo que habrá que cuidar especialmente el tiempo de fritura, para evitar quemar el langostino.

5) Por último, me he dejado para el final la elaboración más compleja, pero no por ello más difícil  la envoltura con Villeroy de aceitunas negras.

Una Villeroy es un Roix con proporciones distintas de harina y mantequilla (ahora la pregunta es: ¿qué es un Roix?, es la mezcla de harina/mantequilla/leche que se elabora, entre otros, para hacer la bechamel).

Así, la Villeroy tiene una composición de 60/60 (60 gramos de harina y 60 gramos de mantequilla, para 1 litro de leche). 

Sin embargo, como necesitamos que esté suficientemente consistente, se incrementa la concentración hasta el doble (120/120).

Elaboración de la Villeroy de aceitunas negras:

a) Ponemos en una sartén la harina junto con la mantequilla (si vamos a preparar 1 litro pondremos 120 gr de harina y 120 gr de mantequilla. Si vamos a preparar medio litro, pondremos la mitad de ingredientes, 60/60, y así sucesivamente).

b) Mantendremos en agitación en la sartén en tanto no se haya cocinado adecuadamente la harina, esto es, cuando al acercarnos a la sartén no percibamos olor a harina cruda.

c) En ese momento añadiremos la cantidad de leche deseada y mantendremos en agitación hasta que comience a espesar y se alcance en punto deseado, momento en el que retiraremos del fuego y le añadiremos las aceitunas negras previamente troceadas finas.




d) Ahora sólo queda cubrir los langostinos con la Villeroy y rebozarlos según el método tradicional:

Pasamos por clara de huevo y cubrir con pan rallado.

Sin embargo, yo prefiero darle una cobertura más sólida y consistente, lo que permite, además, moldear adecuadamente el producto. Para ello, tras pasarlo por primera vez por el huevo, y el pan rallado, llevaremos los langostinos nuevamente a la cámara frigorífica, para que se endurezca la envoltura.

Pasados 30 a 40 minutos, sacaremos de la nevera y les daremos forma a nuestros langostinos rebozados, y, nuevamente los pasaremos por clara de huevo, y pan rayado, con lo que conseguiremos esa cobertura tan perfecta que alguno de vuestros invitados dudará si los habéis elaborado vosotros, o si serán comprados.

Finalmente, volveremos a pasar los langostinos por el aceite caliente de la sartén y ya tendremos listos nuestros langostinos.



Bon appétit.


sábado, 16 de febrero de 2013

Ajoarriero y morcilla con crujiente de pan



Bueno, con esta receta voy a iniciar una serie dedicada a los pinchos, trapas y entrantes, ya que, por una parte, este es un capítulo característico de la cocina española, y por otra, estoy haciendo un curso dedicado a estas maravillas.

Menú de pinchos elaborados en el primer día del curso
Y para empezar la serie, qué mejor que un ajoarriero típico, con un contraste de morcilla.

Como es lógico, y dado que se trata de pinchos, en algunos casos no indicaré cantidades, dependiendo esto del número de comensales a los que dar servicio y del tamaño de la ración que queramos preparar.

INGREDIENTES:

a) Para el ajoarriero:
- 1 kg de patatas
- 400 gr de bacalao desalado parcialmente
- 1 cabeza de ajos
- aceite de oliva
- Opcionalmente se puede sustituir el aceite y los ajos por alioli de aceite de oliva
- Perejil (opcional)

b) Para la morcilla:
- Morcillas, de arroz (tipo Burgos) o de cebolla oreada
- Nata líquida
- Canela

- Pan
- Cebollino

ELABORACIÓN:

1) Elaboración del ajoarriero:

- Ponemos una cabeza de ajos en el horno, dentro de un papillote y asamos hasta que los ajos estén bien tiernos.

- Pelamos y partimos la patatas en cubos de aproximadamente 1 cm, y las ponemos a cocer partiendo de agua fría.

- Cuando las patatas estén listas, añadimos el bacalao semidesalado en el agua caliente junto con las patatas, retiramos del fuego y dejamos enfriar poco a poco, manteniendo el recipiente tapado. Ese calor residual será suficiente para que el bacalao se cueza.

- Retiramos y secamos las patatas y junto con el bacalao las machacamos con un tenedor o con la batidora.



- Extraemos los ajos asados y los incorporamos a la picada de patata y bacalao. Opcionalmente se puede añadir perejiil.

- Ahora se trata de conseguir una textura cremosa, para lo que, empleando una varilla, vamos mezclando enérgicamente mientras incorporamos poco a poco el aceite, hasta que generemos una emulsión. De esta forma conseguimos darle el toque de un ajoaceite con un punto suave de ajo, que no dejará rastro en nuestro aliento.

2) Elaboración de la morcilla:

- Destripamos la morcilla y la rehogamos en su propia grasa en una sartén bien caliente, añadiendo al final un chorro de nata líquida, removiendo hasta que consigamos que la morcilla tenga un punto cremoso que permita formar como pequeñas croquetas, o bien permita su montaje con una manga pastelera.

- Se recomienda antes de sacar la morcilla de la sartén proceder a aromatizarla con un poco de canela molida.

3) Montaje del plato:

- Ponemos el ajoarriero en una manga pastelera y procedemos a crear un cúmulo sobre nuestro plato hasta que tenga el tamaño de una bola de ping-pong, aproximadamente.



- Sobre éste, y empleando otra manga pastelera, hacemos una segunda bola con la morcilla, o bien, como en nuestro caso, empleando dos cucharas para moldear una pequeña croqueta que colocaremos sobre el ajoarriero.



Truco: Si no tenéis mangas pasteleras en casa, se puede emplear cualquier bolsa de plástico, con la única condición de que esté limpia. Luego sólo habrá que romper la esquina de la bolsa según el tamaño que queramos que tenga nuestro agujero y ya está resuelto. Yo aconsejo emplear bolsas de congelado, pues suelen ser de un plástico más duro que facilita el manejo de la "manga" y están limpias.

- Por último, colocamos una teja de pan tostado sobre la morcilla y decoramos el plato con un poco de cebollino.


Bon appétit

Cochinillo asado (Receta rápida y sencilla)


Bueno, ha pasado demasiado tiempo desde mi última entrada, pero es que estas Navidades, por fín me hice con la Thermomix y esto ha provocado que durante unas semanas haya estado volcado en ella, con el fin de adiestrarme en su manejo y sacarle el máximo provecho.

Cambiando de tercio, estas Navidades, y se que por las fechas en que nos movemos, llego, quizás, tarde para alguno de vosotros, mi madre preparó un delicioso cochinillo asado, cuya receta os relato a continuación, y que, ya os adelanto, es sencillísima y rápida de preparar (salvo el  tiempo de horno).




INGREDIENTES (para 4 personas):

- medio cochinillo (dependiendo del tamaño del animal)
- Romero
- Aceite
- Vino blanco
- Ajos
- Agua





ELABORACIÓN:

- Salpimentamos el cochinillo y lo ponemos en una bandeja de horno con la piel hacia abajo en una bandeja de horno y se le añade un poco de aceite de oliva y unos ajos enteros, añadiendo un poco de vino blanco a la elaboración.

- Paralelamente se pone agua a calentar en un cazo, de modo que en cuanto rompa a hervir, se procederá a añadir las ramitas de romero con el objeto de que aromatice intensamente el agua, que nos servirá para verter sobre el cochinillo antes de introducirlo en el horno.



- Una vez tenemos en la bandeja el cochinillo salpimentado, junto con los ajos, el vino y el agua de romero, lo ponemos en el horno a 150º durante unas 2 horas (por norma general se horneará aproximadamente 1 hora por cada kilo de cochinillo, durante un tiempo mínimo de 2 horas).


- Cuando haya transcurrido la primera hora y media, le daremos la vuelta para que la piel se tueste y quede crujiente y dorado.



Y ya está, tan sencillo como eso.



Por supuesto se puede acompañar de patatas asadas y de otras verduras a la plancha o al vapor, aunque yo recomiendo hacer un puré de patatas en el que sustituiremos la mantequilla por parte del jugo que se ha generado durante la cocción del cochinillo, y que intensificará su sabor.

Bon appétit.