domingo, 20 de agosto de 2017

NEW YORK CHEESECAKE (TARTA DE QUESO ESTILO AMERICANO)



Esta ha sido una asignatura pendiente por demasiado tiempo, así que, llegado el verano, y con más tiempo aunque con menos herramientas culinarias, me he decidido y he preparado esta magnífica receta. Uno de mis tres postres favoritos, el tiramisú, otra asignatura pendiente de este blog, y la tarta Tatín, ya presente en él.

Ahora estoy de vacaciones y aprovechando que este fin de semana no puedo ir a la playa, me he decidido por subir esta nueva receta.

INGREDIENTES:


Esta receta está medida para unos 8 comensales (usando un molde de horno de 17 cm):

    - Para la base:
                          * 150 gr de galletas tipo Digestive
                          * 80 gr de mantequilla

    - Para el relleno:
                          * 600 gr de queso tipo Philadelphia
                          * 150 gr de yogur tipo griego
                          * 190 gr de azúcar
                          * 3 huevos
                          * El zumo de medio limón
                          * 2 cucharadas soperas de harina de repostería
                          * 1 cucharadita de esencia de vainilla

ELABORACIÓN:

Aunque yo he empleado la Thermomix, en realidad sólo la he usado como batidora, por lo que no hay problema para realizar esta receta en cualquier casa.

1- En primer lugar, prepararemos la base de galleta. para ello, picaremos las galletas Digestive, y le añadiremos la mantequilla que previamente habremos fundido en el microondas.


Una vez bien mezcladas las galletas y la mantequilla (debe quedar una textura terrosa), lo pondremos en el molde del horno donde cocinaremos la tarta, que previamente habremos cubierto con papel de horno, y la presionaremos sobre el fondo y los laterales del mismo, para que quede, una vez elaborada, como el molde de galleta sobre el que estará la tarta de queso.

2- Una vez preparada la base de galleta, introduciremos el molde en la nevera mientras elaboramos el resto de la receta, para que con el frío se endurezca lo suficiente.


3- Precalentamos el horno a 200 ºC con calor arriba y abajo.

4- Ahora empezamos a preparar el relleno de la tarta, para ello empezaremos por batir el queso tipo Philadelphia, para que se ablande. En mi caso, he sustituido 80 gramos de queso Philadelphia por otros 80 gramos de queso de cabra, para darle ese puntito de sabor característico de este queso.


5- Añadimos el azúcar, el zumo de limón, la harina, el yogur y la esencia de vainilla y batimos de nuevo para que se mezclen bien todos los ingredientes.

6- Añadimos los huevos ligeramente batidos y nuevamente batimos todos los ingredientes para que se integren perfectamente.


7- Ahora ya solo tenemos que poner toda la mezcla en el molde de horno con el fondo de galleta y lo golpeamos un poco en la base para que desaparezcan las posibles burbujas que puedan haber quedado.

No hay problema con el nivel de llenado del molde, pues una vez en el horno, la tarta apenas crece, y únicamente lo hace por el centro de manera esférica, por lo que no hay riesgo de que se derrame.

Es importante que hagamos la tarta con bastante grosor, pues esa es una de las características de esta tarta.


8- Introducimos el molde en el horno, y mantenemos los 200 ºC durante 10 minutos, y pasado ese tiempo, lo llevamos a 190 ºC durante unos 35 minutos más.


9- Ahora viene la parte crítica de esta receta: NO ABRIR EL HORNO EN NINGÚN MOMENTO.

De hecho, una vez acabado el tiempo de cocinado, dejaremos el molde dentro del horno hasta que éste se haya enfriado por completo. Yo lo he dejado toda la noche y ha quedado perfecto.


10- Pasado todo este tiempo, podemos sacar la tarta de su molde, con mucho cuidado y le ponemos la cobertura que más nos guste (coulis de fresa, frambuesas, o, como en mi caso, de mermelada de arándanos).



11- Introducimos la tarta en la nevera, por lo menos dos horas, y ya está lista para que la disfrutemos.


Bon appétit.

jueves, 30 de marzo de 2017

RAMEN (Sopa japonesa de fideos de arroz y soja) - RECETA RÁPIDA




Hace unos días descubrí una serie de televisión japonesa basada en un cómic famoso, que yo no conocía, llamada "el Samurai Gourmet" y que trata de un infatigable y abnegado trabajador japonés que alcanza su edad de jubilación y no sabe qué hacer al día siguiente, hasta que se da cuenta de que lo que más le gusta es comer, disfrutar con cada bocado de la deliciosa cocina tradicional japonesa.

Así, en su nueva vida, empieza a buscar experiencias gastronómicas, con mayor o menor éxito, dejando que se le escapen gruñidos de placer a cada bocado, y resolviendo las adversidades que se encuentra cada día gracias a un Samurai imaginario que le indica el camino a seguir, si bien no siempre es capaz de seguirlo. En definitiva, una serie cargada de sensibilidad y con una cadencia que te mete de lleno en el espíritu del protagonista y su pasión.



Lo curioso es que cada vez que me siento a ver esta serie, me siento como el perro de Paulov, y empiezo a salivar ante la visión de la delicadeza de los platos japoneses.

De este modo, la pregunta era sencilla ¿Y qué vas a hacer al respecto?. Pues dicho y hecho, manos a la obra y a preparar el que, probablemente es el plato más representativo de la comida japonesa el Ramen.

Si bien el Ramen no es el típico plato que nos podemos encontrar en los restaurantes japoneses situados fuera de sus islas, allí existen multitud de restaurantes y puestos callejeros destinados a la preparación y venta de Ramen como único plato de la carta.

Esta es una receta simplificada para facilitar su elaboración en nuestras casas occidentales donde disponer de alguno de los ingredientes originales, como el sake, alga wakame o Combu, mirin, etc. es complicado.

INGREDIENTES:

- Sobres de sopa MISO. Son fácilmente localizables en los supermercados como Mercadona o grandes superficies. En mi caso es de Comsum.

- Alga Nori (la empleada para hacer el sushi).

- Fideos de arroz

- Lomo o panceta adobada en forma redondeada (para parecerse más a la receta y presentación originales del plato)

- Huevos duros (1 por persona)

- Cebolleta

- Salsa de soja

 

ELABORACIÓN:

1- En primer lugar podremos agua a cocer,  cuando esté hirviendo añadiremos los huevos para cocerlos durante exactamente 7 minutos. El objetivo es que al partirlos parte de la yema se derrame hasta la sopa.

2- Cuando los huevos estén cocidos, los pelamos y los ponemos en un recipiente con salsa de soja para marinarlos durante unos 15 minutos.

3- En otro recipiente, ponemos una gran cantidad de agua con sal y cuando esté hirviendo añadiremos los fideos de arroz, calculando una cantidad aproximada de 60-70 gramos por persona. Una vez alcancen su punto de cocción, los sacamos y refrescamos con agua del grifo y reservamos (no hay que preocuparse porque se enfríen, pues luego se calentarán con el Miso.


4- En un recipiente más grande, añadimos la cantidad de agua indicada en los sobres de Miso según el número de comensales, y la ponemos a hervir. Antes de que llegue a ebullición añadiremos los sobres de Miso y los filetes de panceta adobada (dos por persona).



5- Una vez ya tenemos todos los ingredientes cocinados, pasamos al emplatado del siguiente modo y en el siguiente orden:

- En el fondo del plato hondo añadimos unas 3 o cuatro cucharadas de salsa de soja según nuestro gusto por lo salado (cuidado con esto que si nos pasamos podemos dejar el plato demasiado salado).

- Añadimos el caldo Miso hasta dos tercios del plato.

- Introducimos los fideos de arroz

- Ponemos sobre éstos los dos filetes de panceta o lomo de cerdo

- Incorporamos un trozo de alga Nori

- Ponemos el huevo cocido abierto por la mitad (yo lo olvidé y por eso no aparecen en las fotos)

- Y por último, ponemos por encima un topping de cebolleta cruda finamente cortada desde la raíz hasta el tallo verde.



Como cuestión particular, hay que decir que si nos vamos a comer nuestro plato de ramen con palillos deberemos usar también una cuchara para ayudarnos a coger los fideos y ser comprensibles con los comensales permitiendo que se haga ruido al sorber la pasta, e incluso se apuren los fideos empujándolos directamente del plato hasta la boca levantando el plato, tal y como hacen los propios japoneses.



Por cierto, si queréis seguir la receta original íntegra, seguid este enlace.


Bon apètit.

sábado, 10 de diciembre de 2016

SOLOMILLO WELLINGTON





Se acerca la Navidad, y como hace demasiado tiempo que no subo ninguna receta, creo que es el momento oportuno para hacerlo. Además he elegido una receta que es ideal para estos días de fiesta: sabrosa, muy sencilla de hacer y muy vistosa en su presentación.

En resumen, un solomillo Wellington no es más que un solomillo (originariamente de ternera, pero yo lo he hecho con solomillo de cerdo) rodeado de bacon o jamón, con champiñones y paté, y todo encerrado en un envoltorio de hojaldre. D E L I C I O S O.

He de reconocer que la primera vez que la vi, fue en televisión, creo recordar que en la primera edición de Máster Chef, y han pasado unos años desde entonces y hasta ahora no me había decidido a hacerla, al pensar que sería difícil de elaborar y con un resultado arriesgado, por el problema de darle el correcto punto a la carne, pero aquí os daré el secreto para acertar con el punto de cocción adecuado.

INGREDIENTES:

- 1 solomillo de cerdo o de ternera
- 1 placa de hojaldre rectangular
- 250 gr de champiñones
- 1 lata de paté, mejor si es ibérico
- Bacon en lonchas finas (si prefieres lo puedes cambiar por jamón)
- 1 huevo




ELABORACIÓN:

1- En mi caso, y para darle más sabor, la noche anterior a la elaboración procedí a macerar el solomillo con aceite, pimentón dulce, cebolla, oregano y pimiento rojo, si bien este paso es opcional y, de hecho, la receta original sólo trabaja sobre el solomillo con sal y pimienta por lo que no se requiere ningún trabajo previo sobre él.

2- Fileteamos los champiñones y los salteamos con un poco de aceite, pimienta y sal. Una vez realizado, los retiramos para utilizarlos más tarde.


3- Ahora ponemos el solomillo en la sartén con un poco de aceite y fuego fuerte, para proceder a su sellado, esto es, a tostar la superficie exterior del solomillo garantizando que los jugos queden en su interior y lo mantengan jugoso.

Aquí es donde podemos jugar a asegurarnos que el solomillo no se nos queda crudo al final de la elaboración, pues dependiendo de su grosor, puede que necesite más tiempo de horno que el tiempo que requiere el hojaldre, que será quien finalmente determine cuándo sacarlo del horno.


Para evitar este problema con el solomillo de cerdo, y dado que sólo tendremos unos 35 minutos de horno para cocinar el solomillo, lo que recomiendo es empezar el sellado con fuego medio e ir subiendo la temperatura para que quede prácticamente cocinado ya en la sartén. Así, si un sellado normal del solomillo nos llevaría unos 5-7 minutos, recomiendo emplear unos 10-12 minutos para que se empiece a cocinar por dentro, y una vez apagado el fuego, lo dejemos en la sartén mientras seguimos preparando el plato.

4- Ahora extendemos y aplanamos con un rulo la masa de hojaldre, recortando una pequeña tira a lo largo o ancho para usarla para decorar el plato.

5- Cubrimos el hojaldre con el paté.


6- Ponemos los champiñones.


7- Cubrimos la masa con las lonchas de bacon.


 8- Ponemos el solomillo sobre el bacon y lo cubrimos con las lonchas.


9- Cerramos el solomillo con el hojaldre y lo decoramos a nuestro gusto.


10- Pintamos el hojaldre con huevo batido y lo metemos en el horno precalentado a 200º C durante unos 35 minutos.



Lamentablemente, con la emoción, me olvidé hacer una fotografía con el solomillo abierto, pero os garantizo que está de maravilla, así que os dejo una foto que me he bajado de Internet.



Bon appetit.

sábado, 4 de junio de 2016

Saladitos o Frivolidades de Hojaldre



Bueno, ya estoy de vuelta después de más de un año literalmente en el dique seco, debido a tres operaciones de rodilla que me han mantenido alejado de la cocina.

Y como los periodos de abstinencia no conviene finalizarlos con un gran atracón, hoy voy a poner una receta de elaboración muy sencilla, pero que os podrá ayudar a resolver un entrante, o incluso una merienda de manera fácil, rápida y sobre todo, sabrosa. Son las frivolidades o saladitos de hojaldre.

La elaboración es genérica para todos ellos, pero su contenido dependerá del gusto o necesidades de cada uno. Así, se pueden rellenar de cualquier clase de embutido, salmón ahumado, salchichas, paté, quesos, bacon, pisto, atún o con carnes con distintas elaboraciones (pollo, ternera o cordero al curry, al ajillo, etc.).

En mi caso, he preparado saladitos de tres tipos con los siguientes ingredientes:

INGREDIENTES:

- 1 masa de hojaldre de forma rectangular
- Salchicas frankfurt
- Jamón York
- Queso EDAM en lonchas
- Sobrasada mallorquina
- 1 huevo
- Semillas de sésamo

ELABORACIÓN:

1 - En primer lugar, extendemos la masa de hojaldre sobre la propia hoja en la que viene envuelta y la cortamos en tiras de unos tres dedos de grosor.

2- Sobre cada una de las tiras ponemos en su centro los ingredientes elegidos, en este caso, jamón y queso, sobrasada y salchichas.





















3- Ahora sólo tenemos que ir cerrando cada una de las tiras asegurándonos de que el hojaldre quede bien pegado entre sí.










4- Ahora sólo tenemos que girarlo para que la costura quede en la parte inferior y procedemos a pintarlo con huevo batido, lo que le dará ese color tostado característico al salir del horno.









5- Le ponemos por encima las semillas de sésamo, cortamos las tiras en trozos del tamaño deseado y los separamos para evitar que al crecer en el horno se peguen los unos a los otros.










6- En ultimo lugar, metemos la bandeja en el horno precalentado a 200ºC durante 15 a 20 minutos y tras sacarlos los dejamos sobre una rejilla para que se enfríen adecuadamente antes de proceder a servirlos.



Bon appétit.

martes, 10 de febrero de 2015

ASADO ARGENTINO


Ayer fue un día grande. Por fin, mi buen amigo Alberto Zubieta, nos deleitó con un típico asado de su país, Argentina, y tal fue su éxito que hasta fantaseamos con la posibilidad de abrir un asador argentino, el Asador Taragüi (nuestra tierra, en lengua guaraní). El planteamiento era sencillo, el se encargaba del fuego y la carne, Elena, su mujer, de las ensaladas y acompañamientos, y yo de los postres (tiramisú) y de los vinos.

El artista del asado
En mi última entrada ya presenté una receta para la barbacoa, en este caso con cerdo, pero lo importante de esta receta es que presenta cómo trabajan los maestros de la carne a la barbacoa, los argentinos. Desde la preparación de la carne hasta cómo encender la barbacoa y, por supuesto, cómo hacer la carne.
Con sólo estos ingredientes se consigue una maravilla


INGREDIENTES:
- Tira de costilla de ternera
- Mollejas de ternera
- Sal





ELABORACIÓN:

- En primer lugar hay que sacar la carne de la nevera y dejarla fuera al menos con 2 horas de antelación. En ese momento, y al contrario de lo que solemos hacer por estas latitudes, se procede a poner la sal a la carne. De ese modo, y con esas dos horas de espera, la sal se filtra hasta el interior, y hace que las fibras se suelten y la carne resulte más blanda una vez asada. En el caso de las mollejas no hay que salarlas hasta que ya estén completamente asadas.

- Mientras tanto, podemos ir preparando las brasas. Para ello, los argentinos tienen un truco muy sencillo, que consiste en hacer anillos con papel de periódico, e irlos apilando uno sobre otro a modo de chimenea. Después ponemos el carbón de leña alrededor de la chimenea, y únicamente tenemos que meter una bola de papel ardiendo dentro de la chimenea y esperar unos 30 minutos para que nuestro carbón esté listo para cocinar. El momento óptimo para empezar a cocinar es cuando el carbón empieza a tener una película blanquecina alrededor.


- Una vez que ya tenemos las ascuas preparadas, procedemos a poner la carne en la parrilla. En el caso de las tiras de costilla, se colocan inicialmente apoyadas por la parte del hueso, para que éste transmita el calor hacia el interior de la carne.

- Por su parte, las mollejas se colocan directamente sobre la parrilla, pero previamente hay que ponerles abundante zumo de limón, para acentuar su sabor. De hecho, cada poco rato hay que ir añadiendo zumo de limón sobre ellas.



- Una vez que el hueso de las costillas empieza a sangrar, es el momento en el que ya podemos ponerlas de lado para que el calor actúe sobre toda la superficie de la costilla.

- Por lo que respecta a las mollejas, una vez empiecen a tostarse por el exterior, procedemos a cortarlas por la mitad, les ponemos más zumo de limón y las ponemos boca abajo para que el calor llegue a todo el interior directamente.

El objetivo es que al final la molleja llegue muy tostada y crujiente al plato, donde ya podremos añadirle la sal. Para ello, hemos de asegurarnos de que no se quedan partes gruesas, pues es muy probable que se queden crudas, y no podremos disfrutarlas en todo su sabor.



















- Para asegurarnos de que toda la carne se haga uniformemente, es recomendable que separemos la franja de carne superior de la costilla. Esta operación es muy fácil, porque con el calor ya estará casi separada del resto de costilla.


- Cuando las costillas ya están listas, con un bonito punto tostado por el exterior, y superjugosas en el interior, tan sólo hay que cortarlas en porciones y servirlas inmediatamente, porque tienden a enfriarse rápidamente y pierden parte de su encanto.



El ritual del asado exige que se coma bien cerca de la barbacoa, ya que se organiza de tal manera que la carne va saliendo de manera escalonada para evitar que toda salga a la vez y se enfríe. Además todo esto se acompañará con mandioca cocida aliñada con aceite y sal o una ensalada de patata cocida con cebolla y huevo duro.

Bon appétit.